¡Poderoso Señor, la fortaleza para soportar y superar cualquier tipo de adversidad, pues ahora en cada vez más ocasiones, los miedos me han hecho sentir que no puedo más, y he mostrado falta de carácter ante mis adversarios.
Concédenos tus gracias para enfrentar y vencer a cualquier enemigo, por poderoso y superior que este parezca, no por soberbia, sino para ser respetado y tomado en cuenta, defendiendo en todo momento y ocasión, mi palabra, mis decisiones y mi fe.
Ayúdame a tomar buenas decisiones, y a sentir tu divina presencia dándome luz para poder notar todas mis opciones, sobre todo, cuando estoy asustado, débil y agotado espiritualmente.
Pongo siempre mi confianza en ti debiendo que no me dejaras solo y desamparado jamás, agradecido hoy y siempre por tu infinito amor y misericordia.
Amén.